domingo, 28 de febrero de 2010

Cardenal: pide Angelita quedarse en Miami ,sabemos quién fue Trujillo y delitos cometió en RD





El cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez fustigó a Angelita Trujillo y la conminó a quedarse en Miami, porque a su decir este país no tiene que saber nada más sobre Rafael Leonidas Trujillo.

“Que se quede en Miami, eso es lo que tiene que hacer. Yo entiendo que después de que el país pasó por las calamidades de ese régimen, nadie tiene que venir a dar lecciones sobre eso.

Nosotros sabemos muy bien quién fue Trujillo y los delitos que cometió en este país, todos los crímenes que cometió, yo ese asunto ni siquiera lo contemplo”, dijo.

Es bueno recoradar que en el Hotel Santo Domingo, escenario escogido por la Universidad del Caribe, promotora del libro, los asistentes eran pocos y sin la suficiente relevancia social como para ser reconocidos con tan solo mirarlos.

Algunas de las mujeres asistentes, muy pocas, vistieron trajes largos, abotonados hasta media pierna, a la usanza de tiempos ya idos. Casi sin excepción, hombres y mujeres tenían arrugas que delataban parte de su biografía.



La UNICARIBE había dado antes del acto la impresión de que todo estaba bajo control más o menos trujilista. Cursó invitaciones que debían, en principio, ser avaladas por el santo y seña personal del portador o portadora. No quería inconvenientes, ni que aquellos a quienes pudiera irritar el libro, crearan “disturbios” en el desarrollo del acto que sería celebrado, de manera simultánea, en Santo Domingo y Miami.



Patricia Solano, la primera, logró burlar el cerco que se suponía a cargo de una decena de hermosas jóvenes miembros, posiblemente, del protocolo de UNICARIBE. En medio de un murmullo prolongado, su voz se alzó repitiendo los nombres de Patria, Minerva y María Teresa Mirabal en el tono de un poema musicalizado de Aída Cartagena Portalatín. Levantado por sus brazos, un afiche que reproduce las imágines de las heroínas de Salcedo.

Y el canto de Patricia, hija primogénita de Picky Lora, fue el detonante de las pasiones de una noche hecha para ellas. Carmen Imbert, hija de Segundo, a quien el libro de Angelita acusa de haber asesinado a las Mirabal, pidió a gritos a Fernando Infante, redactor del texto, junto a Víctor Grimaldi, según se dice, que diera inicio al acto. En el salón, varias pantallas reproducirían el que se celebró en Miami con la presencia de la hija del dictador, quien a su predicación evangélica en cada esquina miamense, agrega ahora la de “autora” de un libro en el cual, como lo pretendió su sobrina Aída el año pasado, busca hacer deglutible la imagen histórica y personal de su padre, el sanguinario dictador.

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